viernes, 14 de febrero de 2014

La inmortalidad de los ideales.

Reflexión sobre una cita de G. Fawkes (Filosofía Política).

Rubén Gómez (2º Bachillerato)


“Nos dicen que recordemos los ideales no al hombre, porque con un hombre se puede acabar: pueden detenerle, pueden matarle y pueden olvidarle; pero 400 años más tarde los ideales pueden seguir cambiando el mundo… “Guy Fawkes, 5 de Noviembre de 1605.

El ser humano ha soñado con la inmortalidad desde el principio de los tiempos. Muchos ya se han dado cuenta de que la única inmortalidad existente es la de contribuir al desarrollo de la humanidad.
En el siglo XIX, los partidarios de la restauración ya comprobaron que el ideal está por encima de todo ser humano. Ellos borraron “todo rastro” de la revolución francesa y del imperio napoleónico, pero en a penas 20 años esas ideas resurgieron con más fuerza y difusión que en la vez anterior.
A Guy Fawkes poco le importaba destruir el parlamento o matar a Jacobo I. El objetivo de Fawkes era marcar a fuego un ideal en la población inglesa. Muchos dirán que pretendía que las persecuciones religiosas se extinguieran, pero se equivocan. Este héroe casi anónimo le demostró a su país que no había nada que temer al Estado, y que una injusticia hecha por un gobernante no es menos injusta. Podría cuestionar la forma de Fawkes de demostrar sus ideales, hacer volar por los aires un parlamento es un hecho que cala muy hondo, pero quizás no sea la forma más correcta. Pero el hecho y verdad es que, aun sin llevar a cabo el atentado, consiguió que su ideología se grabara en la memoria.
No todo en esta inmortalidad de una creencia es positivo. No todos los ideales por desgracia son como los de Guy Fawkes. El ejemplo más claro lo hayamos en los fascismos de mediados de siglo XX. Sus regímenes, murieron. Sus dirigentes hace tiempo que volvieron a ser polvo. La mayoría de la población ve esas ideologías como una aberración. Pero aún existen. Siguen ahí, arraigadas en algunas personas. Latentes a que la ocasión sea propicia para despertar. Ante las penalidades, las personas se agarran a un clavo ardiendo; un clavo que muchas veces se les gira y se clava en su pecho.
Guy Fawkes quiso que recordáramos el 5 de Noviembre como una fecha de oda a nuestra libertad y a la defensa de nuestras creencias. La fecha y el hombre casi han caído en el olvido. Pero la idea, la esencia, el ideal sigue vivo.

“Recuerden, recuerden el 5 de noviembre. Conspiración, pólvora y traición. No veo la demora y siempre es la hora de evocarla, sin dilación.” V en “V de vendetta” al referirse a Guy Fawkes.


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