jueves, 23 de enero de 2014

B. Russell, "La Conquista de la Felicidad".

“El amor no es solo una fuente de placer sino que su ausencia es una fuente de dolor.” (Russell, La conquista de la felicidad.)

 Eloísa Rodríguez Yeste. 2º Bachillerato

La primera entrada del diccionario de la RAE define el amor como: “Sentimiento intenso del ser humano que, partiendo de su propia insuficiencia, necesita y busca el encuentro y unión con otro ser.”
Pero todos sabemos, o los que hemos tenido la suerte o la desgracia de enamorarnos, que el amor es algo más que eso, es algo que no se puede definir. Es como el primer mordisco del mejor helado, o la ilusión de un niño pequeño al abrir los regalos de Navidad.
 El amor es ilusión, es una mirada, una sonrisa, un desayuno recién hecho para compartir entre dos, un beso, una caricia…Es compartir toda tu vida con la persona a la que amas, tus sueños, tus ilusiones, tus pasiones… Preferirías un solo minuto discutiendo con esa persona que una hora hablando alegremente con cualquier otra. Por eso  creo que el amor es una necesidad, y es algo que todo el mundo tiene derecho a experimentar.
¿Sabes la frase de “no sabes lo que tienes hasta que lo pierdes”? Pues con el amor pasa un poco igual, cuando está ahí, como dijo Russell en ‘La conquista de la felicidad’, es una fuente de placer, pero en su ausencia es una fuente de dolor, ya que cuando el amor no es correspondido, la persona que ama tiene una sensación de dolor, vacío y tristeza del alma.
El amor es hoy en día algo imprescindible y muy importante, y hay que saber cultivarlo y cuidarlo todos los días.

Carta a Epicuro

"Que ninguno por ser joven vacile en filosofar, ni por llegar a la vejez se canse de filosofar. Pues no hay nadie demasiado prematuro ni demasiado retrasado en lo que concierne a la salud del alma" (Epicuro de Samos, en una carta dirigida a un discípulo).

Querido Epicuro: 
Respecto a lo que dices sobre que nadie es demasiado viejo o demasiado joven para filosofar es cierto. Es más, el filosofar es algo que hace sentir vivo a las personas y les hace sentir bien, enseñándolos a vivir. No por ser joven y haber tenido pocas o cortas experiencias en la vida debemos dejar de preguntarnos sobre la vida o pensar en temas relacionados con ella, como el tema de la muerte o la felicidad.
Para sentirnos vivos lo primero y más importante es ser feliz, llegamos a hacer cualquier cosa para conseguirla; aunque realmente la felicidad no tiene un máximo o un límite, nunca se sabe si se podrá ser más feliz de lo que eres ahora. Aunque está claro que para ser feliz tenemos que hacer aquello que nos haga sentir bien, que no siempre es sinónimo de estar rodeados de lujos y riquezas: la felicidad suele estar en pequeñas cosas, en los detalles... y no en los bienes materiales, aunque la sociedad de hoy día nos la hace ver de otra forma.
Y es que aquel que tiene de todo nunca se cansará de pedir y al no conseguir lo que quiere se considerará a él mismo un infeliz, mientras que aquel que no tiene nada, no podrá echar de menos algo que no tiene.
Por eso se dice que pan y agua proporcionan el más elevado placer, cuando las llevas a la boca de los que tienen necesidad.  Y es que el placer es principio y fin de la vida feliz, aunque no siempre podemos hacer lo que queremos en cada momento.
Muchas veces aquello que queremos no lo hacemos por el simple hecho de que para alcanzarlo tenemos que hacer algo que no nos resulta placentero o se nos presentan dificultades para llegar allí. Y es que el saber vivir también implica el saber superar estos obstáculos día a día y con nuestros aprendizajes y experiencias ser algún día un sabio/a.
En nuestra mano está eso, el elegir nuestro futuro porque todo lo que hacemos o hemos hecho en el pasado tendrá nuestro eco en el mañana. Hasta el día de nuestra muerte.
Para terminar decirte que para nosotras no hay nada mejor que aquel que sabe vivir feliz su vida y se acepta tal y como es, con sus defectos y virtudes.
   
Pilar Megías Calvo y María González Ramírez (1ºBACH)